¿Cuál es el mejor momento para hacer el mantenimiento de la caldera? La verdad es que no existe una respuesta perfecta para esta pregunta. Siempre es un buen momento para revisar la caldera una vez que es mucho mejor realizar tareas de mantenimiento y revisión que esperar a tener una avería para entonces preocuparse con la instalación.
Pero es cierto que en verano y en los meses más calurosos nuestra caldera trabaja menos. Ya no necesitamos mantener nuestra vivienda calentita, más bien todo lo contrario, y muchas veces nos apetece una ducha más fría que caliente. Así que, si pensamos de esa manera, en verano nuestra caldera está más “libre” para las tareas de limpieza y mantenimiento. Con las temperaturas tan altas, no nos importa para nada tener que apagar la caldera por un ratito, ¿A qué no?
Otra ventaja de revisar la caldera durante el verano, es que nos aseguramos que la instalación está en perfectas condiciones de seguridad. Así podemos viajar tranquilos sabiendo que no existe el riesgo de incidentes domésticos y que ya hemos tachado una de las tareas obligatorias del año de nuestra lista cosas por hacer.
Además, al comprobar la caldera durante esta época del año, evitamos sobresaltos cuando las temperaturas por fin empiecen a bajar. No hay nada peor que, después de algunos meses, encender la calefacción y descubrir que algo va mal.
Cabe mencionar aquí que revisar la caldera de gas es mucho más que una de las tareas pendientes que solemos tachar del calendario cada temporada. Las revisiones periódicas de la caldera de gas ofrecen diferentes ventajas al propietario de la vivienda, además de respetar la legislación vigente del Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios (RITE). Así es, las revisiones de las instalaciones son obligatorias por ley. Puedes saber más sobre las ventajas de las revisiones periódicas aquí.
Así que siempre es un buen momento para revisar nuestra caldera y asegurarnos de que funciona de forma segura, económica y con el máximo rendimiento, además, evitamos si la revisamos antes de la llegada del frío, evitamos averías más costosas y sustos de última hora.